Cuando hablamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), vemos desde la pedagogía una oportunidad para parar, pensar y repensar la educación. La sociedad ha cambiado y la pandemia nos ha evidenciado que estamos ante un mundo cambiante y ambiguo, donde lo que hoy vale, no vale mañana. Donde la convivencia con personas de distintos países, culturas y credos es ya habitual en los contextos sociales y en los centros educativos. La sociedad cambia y la educación no puede quedar detrás.
Los ODS pueden ser vistos como un espejo donde reflejar el impacto de las acciones y la utilidad de lo que se enseña, se aprende y se investiga. La desconexión entre instituciones educativas y sociedad es una realidad, tanto a nivel de contenidos como de competencias, ¿Qué ciudadano se requiere en la sociedad actual? Ante lo expuesto es obvio que la resiliencia, pensamiento crítico, empatía y capacidad de resolución y emprendimiento, son valores y competencias necesarias a la hora de hablar de acción educativa. La tendencia se propone en la construcción del sujeto como ciudadano, pero en su versión más social, consciente de su propio proceso de crecimiento y con responsabilidad en el desarrollo de su entorno más inmediato.
Los ODS nos vienen a recordar que cuando se habla de pobreza, desigualdades, no acceso a la sanidad o a la educación, empleo precario o ausencia de crecimiento económico, ya abandonamos la idea de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) donde se distinguía entre norte y sur, entre países desarrollados o países en vías de desarrollo. Hoy estos temas son una realidad que afectan a todas las regiones del mundo y los ODS nos vienen a recordar que la educación, la sanidad y el empleo digno, entre otros, son Derechos Humanos. Tenemos que sensibilizar y concienciar a los ciudadanos la importancia de tender hacia el Bien Común. La educación no solo es el camino, sino que debe ser la promotora y dinamizadora del cambio.
Tenemos una excelente oportunidad para conocer las realidades de nuestra comunidad autónoma considerando que los principios pedagógicos deben tender a ser universales y los discursos pedagógicos a ser locales. Pensar en global y actual en local.
Esta idea, nos ayudaría a diseñar políticas educativas que respondan a las necesidades reales, tanto a nivel de organización como de contenidos. ¿Cómo hacerlo?, pues parando y tomando conciencia de donde estamos, qué hacemos y hacia dónde vamos. Pero esto no se puede hacer a base de decretos que obliguen o desde la voluntariedad de algunos. ¿Por dónde empezar?, está claro que, por la formación de los docentes, los que se forman y los que están en ejercicio. La universidad en su tercera misión, de contribuir al desarrollo del contexto social en el que se ubica, debe establecer vías para un trabajo útil y en colaboración con otros ciclos educativos. En este caso hablamos claramente del ODS 17 Crear sinergias y alianzas.
Los centros educativos, pueden contribuir incluyendo los ODS en su plan de centro de forma global. La estructura organizativa, diseñando por ejemplo horarios y calendarios que permitan una permeabilidad entre sociedad e instituciones educativas, haciendo y participando como ciudadanos en el desarrollo local, algunos ejemplos pueden ser: conocer la ciudad, el patrimonio, los personajes que dan nombre a sus calles, rescatar a las mujeres que ayudaron a escribir la historia y fueron omitidas por ser mujer.
La temporalización que se presenta es una propuesta que puede ser modificada en función a las necesidades y disponibilidad de los asistentes. A modo general, se mantendría una estructura similar en la que se combinan sesiones de formación y sesiones de trabajo, dando espacio al debate y trabajo en grupo e individual.
La formación ha sido impartida por el Laboratorio Civitas-Lab en 2 sesiones, el 8 y 13 de diciembre de 2023 en el IES Bahía de Algeciras, en colaboración con el CEP Algeciras-La Línea, en el marco del proyecto Juventud en Red ODS.